Están sonando todas la alarmas.

Las escucho sin ningún sobresalto.

Y me dejo llevar por la sinfonía desacompasada.

Aturdido aun tras el largo periodo de hibernación.

Me desperezo entre brillantes destellos y sombras.

Entre informes confusos con datos contradictorios.

¿Es esta la misión? ¿Es mi destino?

Se acerca tranquilamente. ¡Rapidamente!

Arrastrando una fuerza gravitatoria inmensa.

Anómala. Peligrosa. Desconcertante.

Excesiva para un cuerpo tan pequeño.

¡Vamos! ¡Piensa deprisa!

Materia densa, materia exótica.

¡Eso es! ¿Será por fin la X del mapa?

La olla de monedas de oro al final del arcoiris…

Sus lecturas de energía saturan los sensores.

Solicito un diagnóstico de viabilidad.

• Pérdida de órbita: 100%
• Riesgo de trayectoria de vacío: 82,3%
• Rendimiento estimado: >712%

Y reviso el inventario.

¡¡Mierda!! Faltan algunos módulos.

¿Estarán inutilizados o sólo desconectados?

¿Tenemos equipos de protección?

• Datos insuficientes…

¿Y herramientas para ese mineral precioso?

• Datos insuficientes…

¿Qué hay del combustible para salir de ahí?

• Imposible cuantificar…

¡Joder! ¡Tanta ciencia y hay que jugársela!

¡Ya está aquí! Puedo sentirlo.

Necesito acariciarlo. Y quiero huir.

¡Haz algo!

El ángulo de aproximación es bajo, en el límite.

Un leve fallo en los impulsores y la eternidad será mi futuro.

Junto a la cuenta atras parpadea urgente una palabra: ABORTAR.

Nos atrapará en su orbita en siete…

seis…

cinco…

cuatro…

Mi mano tiembla sobre el control de los retropropulsores de escape.

Es ahora o nunca.

Minero Espacial

International Spacelab Astromining