Chantaje emocional . Un bug de programación

Chantaje emocional

Sí, está grabado con láser en las moléculas de nuestro ADN. Lo de grabado con laser lo pillais ¿no? Como grabado a fuego pero más moderno. Una metáfora. No es literal. Pues eso, grabado con laser en el ADN de unas células muy específicas y dicho sea de paso no siempre presentes en todos los individuos de nuestra especie (me refiero a las neuronas como ya has deducido), tenemos una complejísima secuencia concreta de moleculas, que cuando le da por activarse se pone a fabricar a toda hostia y por a toda hostia no me refiero al ritmo al que esclavos asiáticos fabrican los ladrillitos del muro de nuestra felicidad, ese muro que cada día es más y más alto y por tanto más difícil de escalar. Y sí, se me fue el Santo al Cielo. ¡Eh tú!, sinvergüenza, desertor, vuelve aquí, ¡ahora! Ya hablaremos tú y yo más tarde…

Pues ese pequeñísimo, micrométrico grupo de ácido desoxirribonucleico, de repente, se pone a ensamblar otras cadenas de átomos muy especiales coloquialmente conocidas como endorfinas, que una vez liberadas hacen, y nadie sabe como, que me sienta feliz.

Vale, y eso… ¿como funciona…? Quiero decir… esa máquina tan importante, esa cadena de montaje que fabrica felicidad la debería de controlar yo ¿no? Es que… vamos a ver, soy el principal afectado. Es evidente que se activa y se desactiva de forma automática pero esta penosamente gestionada.

Yo lo hubiese hecho infinitamente mejor y soy un programador mediocre. O sea, que tampoco es que hablemos de la demostración empírica de la existencia de un político honesto, eso si lo veo harto complicado pero… ¿esto del control de la felicidad? con un IF y un par de operaciones booleanas lo haces.

IF (si) cerebro activo OR (o) individuo despierto THEN (entonces) dale caña a la molécula de la felicidad ELSE ( y si no ) será que está dormido OR (o) inconsciente así que detén la maquinita y empieza a reponer átomos y moléculas para más tarde. Simple ¿verdad?

Pues no, algún listillo codificó la activación de la nanofábrica de felicidad supeditada a la recepción de ciertos estímulos que necesariamente han de llegar del exterior. Eso, permíteme que te lo diga, sí, tú, Dios ¡o quien seas vaya!, que ahora la identidad del culpable no viene al caso. Eso es una chapuza, es más, eso, es chantaje. Chantaje puro y duro. Emocional pero chantaje.

Debería de ser independiente de si lo que veo me gusta o no. De si lo que oigo, huelo, toco o saboreo me gusta o no. Yo soy yo, me afecta a mí y quiero poder darle al interruptor y ser feliz sin tener que recurrir a esos ridículos estímulos externos que además cada día han de ser más intensos, más rocambolescos y absurdos para que surtan efecto y conecten la puñetera maquinita…