Consentida Invasión. Conquistando con un arsenal de palabras
Consentida Invasión
Fortificada Ciudadela
De firmes ejércitos y dulces tesoros
Si depones tus armas…
Si renuncias a presentar batalla…
Si rindes tus muros incondicionalmente…
Si compartes con voluntaria alegría tus calles y tus aromas, tus alimentos y tus costumbres…
¡Ante tal generosa ofrenda!
¿Cómo renunciar a tus pecados?
¿Cómo resistirse a tus placeres?
¿Cómo no desear dormir en tus rincones, soñar en tus esquinas, emborracharse con tus vinos?
¿Cómo, en definitiva, no dedicar los días a conocer cada ladrillo del que será sin duda mi nuevo hogar?