Historias Felinas, una versión muy particular del gato más famoso de la ciencia moderna

HISTORIAS FELINAS

I

-A ver, mi amor, te lo explico de nuevo: Es un experimento inofensivo. Verás, dentro de la caja no le puede pasar nada, tan solo estará un día y seguro que se lo pasa durmiendo. Sabes que yo no haría nada que perjudicase a Manchitas, ¿me crees capaz de lo contrario? Hombre, siempre hay elementos de incertidumbre, claro, hay ciertos factores… Bueno, no tiene sentido preocuparse por ellos. Mi amigo Albert, ya sabes, el de los pelos de loco, opina como yo y cree que si lo hacemos como me ha explicado, en realidad el plan es casi suyo, tu gato pasará a la historia. ¿Acaso no te gustaría eso? Será mundialmente famoso. Todo el mundo hablaría de él.

II

Mi querido amigo Albert,

Dígame, ¿qué tal se encuentra?. Permítame, en primer lugar, que le felicite por su reciente Premio Nobel, cuando leí su estudio sobre el fenómeno fotoeléctrico ya le dije que era un trabajo excelente y merecedor del más alto galardón aunque sigo pensando que también lo eran sus otros estudios sobre la luz y la gravedad, pero ya sabe usted… Todo es política. Además quiero que sepa que le estoy inmensamente agradecido por su idea para deshacerme del jodido gato de mi mujer, perdone usted mi lenguaje, pero como ya le he relatado en anteriores misivas, este bicho infernal puede conmigo hasta tal punto que me es imposible seguir desarrollando mis teorías, ya que, en ocasiones, creo que su único objetivo vital es la conclusión de mi absoluto desequilibrio mental.

He convencido a mi esposa para llevar a cabo el experimento que usted me propuso y únicamente estoy a la espera de recibir la cápsula de ácido cianhídrico y el activador. En mi próxima carta le pondré al día de los resultados. A lo mejor incluso avanzamos en el extraño problema de la superposición cuántica gracias al jodido bicho.

Reciba un afectuoso abrazo de su amigo y colega.

Erwin Schrodinger

III

A Manchitas el asunto se le ha ido de las manos y ha pasado de divertido a peligroso. Siendo gatunamente sincero, ha de reconocer que se lo veía venir. Sabe que, al amparo de su benefactora, ha puteado al doctor Schrodinger todo lo que ha podido y un poco más, pero en algún momento se tenía que acabar y ahora ya no sirve de nada abrir mucho los ojos y hacer maulliditos; el científico lo odia con tal profundidad que no le queda otro camino que el exilio. El gato sabe que Erwin lo ve como un animal estúpido, postura muy extendida entre los humanos, pero él como la mayoria de los felinos se entera de todo y por eso está al corriente de su pérfido plan.

Como el doctor es un científico muy pagado de sí mismo, le gusta leer y releer su correspondencia. Tanto la que recibe como la que redacta. En voz alta, cambiando la entonación como si estuviera en un teatro. Así es como Manchitas ha sabido del infame experimento y ha dicho que sí por los cojones, que a él no le meten en una caja envenenada para averiguar si se puede estar vivo y muerto a la vez, así que después de zamparse triple ración de atún para el camino se las ha pirado con sigilo y premeditación y el experimento de los huevos ya lo pueden hacer imaginario. Con él, al menos, que no cuenten.