Perra vida. Sobre la inconformidad del ser
Perra vida
Proveniente de la piscina se escucha un leve rumor acuoso envuelto en chapoteos de brazos y risas de niños. También se oye el canto de las cigarras fuera del recinto vallado, en el bosque, y el de los grillos dentro, en el césped. Dos mujeres de sofisticado bronceado disfrutan del espléndido sol sobre toallas y entre daikiris.
La temperatura es espectacular. Es muy posible que en el pueblecito situado más al este, a cuatro kilómetros, esté lloviendo, y en el del sur, a seis, azote un viento de mil demonios pero el chalecito y sus alrededores parece siempre custodiado por una perenne primavera.
Uno de los hombres paladea un whisky añejo y le interpela al otro:
-¡De verdad que no lo entiendo! Pero… ¿cómo puedes no eres feliz?
-Pssssssee…
-Tienes una mujer estupenda…
-Sí.
-Unos hijos maravillosos…
-Es cierto.
-Un negocio rentable…
-Sí, eso también.
-Chaletazo, deportivo, vacaciones…
-Pssssse…
-¡¡Pero hombre!! Es que… ¿qué más se puede pedir?
-Eso… ¡eso es, joder! Justo eso es lo que me quita el sueño cada noche… ¿qué más podría pedir….?