Surrealismo, un relato surrealista basado en hechos reales
SURREALISMO
-Quizás no me he expresado bien. Lo que trato de decirle no es que su novela no tenga la calidad suficiente, sino más bien que no se adapta a nuestro estilo de publicaciones. Simplemente eso. Ya sabe usted que nosotros somos un referente de la autentica Ciencia Ficción pero su relato es, cómo se lo diría yo, demasiado surrealista, ¿me comprende?, demasiado fantástico. Para nuestra editorial no es suficiente con que lo haya ambientado en un futuro dentro de ciento cincuenta años; es más, personalmente creo que la idea en sí es muy buena, un relato del siglo XXI es ciertamente sugerente, pero puesto que hablamos de ciencia ficción seria, la historia ha de ser sostenible hombre de Dios, creíble, razonablemente posible, ¿me entiende? La suya es demasiado sórdida, totalmente deshumanizada.
-Describe usted una sociedad de esclavos cuando la esclavitud, a día de hoy, esta prácticamente abolida. Supongo que es consciente de que ha habido una guerra por ello ¿verdad? ¡Por Dios! Habla de niños explotados en inhumanas condiciones incluso para la época actual. Y todos sabemos que la imparable y maravillosa revolución tecnológica que por fortuna estamos viviendo: Edison, Marconni, Tesla, Pasteur, la electricidad, el motor de combustión, la nueva medicina, etc… nos traerán a todos logros inmensos que mejorarán nuestras vidas hasta cotas aún inimaginables. Y en su obra usted nos relata los desvaríos de oscuros villanos que acaparan inútilmente los recursos y riquezas como avaros señores feudales mientras a su alrededor sus vecinos, sus hermanos se mueren de hambre.
-Permítame que se lo diga y no se ofenda por ello: pienso que se está dejando llevar por el negro pasado en lugar de imaginar un próspero, y con seguridad más realista, futuro. ¿No andará usted un poco deprimido últimamente verdad? Habla del exterminio de especies animales por puro lucro o placer y eso me resulta demasiado retorcido incluso para su fértil imaginación. ¿Y me puede explicar cómo es posible que esa excelente, aunque un poco extravagante, reconozcámoslo, idea suya que sugiere la posibilidad de establecer una comunicación instantánea entre cualquier persona en cualquier momento y logar, en vez de convertirse en una vía para la ayuda, para la concordia y cooperación global, en una herramienta, en definitiva, de humanización, termina haciendo que las personas se aíslen entre ellas para culminar con la sociedad enferma que usted describe? ¿No se da cuenta de que es del todo absurda su oscura visión del mundo futuro?.
-No es mi intención desanimarlo señor Verne, bien lo sabe usted. Sus relatos siempre nos han parecido fascinantes, pero este… si le soy sincero, este nos ha defraudado. ¡Qué quiere que le diga!, es que es definitivamente poco creíble. Pero no me mire usted así hombre, hay algunas ideas muy buenas en él. Por ejemplo, cuando habla de la colonización de la Luna para la extracción de recursos minerales. Creo que eso puede ser interesante, ahí si veo material para una novela pero descartando ese sórdido asunto del control político y militar del satélite, por supuesto. Plantéelo como una aventura de conquista, ¿me comprende?, de superación, de intrépidos aventureros que arriesgan sus vidas en un viaje imposible para colonizar otro mundo luchando contra todo tipo de contratiempos y malvadas criaturas en un inhóspito planeta. ¿Qué le parece? Lo llamaríamos ‘Aventuras lunares’ o quizá ‘de La Tierra a la Luna’.
¡Ale!, ¡ale!, señor Verne, ¡no se me desanime usted hombre!, dele un par de vueltas… Venga por aquí la próxima semana y lo seguimos hablando.
