(Sobre la superioridad y la insignificancia)
Él decía que una hormiga es una hormiga y yo que sí pero que hay hormigas y hormigas.
-¡Mira! -le digo- ¿ves a todas estas? Son las más comunes. Son las obreras.
-Las pringadas -me dice-.
-¿Qué?
-¡Las hormigas pringadas! -exclama- Las que trabajan. -Y pone cara de cansado-.
-Ehhh… sí, algo así. Pero tienen roles propios. Y todas son importantes. Pueden parecer iguales pero desarrollan tareas especíalizadas.
-Ya… -me dice escéptico-.
-¡En serio!, incluso entre ellas son diferentes en tamaño y forma.
-Ya… -repite con desdén. No me cree-.
-¿Ves esa más grande? -le pregunto-.
-Bueno grande…
-¡Joder! es un poco más grande.
-Es una hormiga un poquito más grande. -Admite a regañadientes-.
-Es una hormiga soldado. Se encarga de la defensa y la seguridad del hormiguero.
-Ya…
-¡No es coña! es muy distinta a la hormiga obrera.
-¿Superior? -me pregunta a la defensiva-.
-No, hombre. Físicamente son distintas. Morfológicamente.
-Seguro que ella se siente superior. -Dice con desprecio-.
-¡Qué tontería! -le respondo-.
-Para mi son todas iguales -insiste-.
-¡Iguales! ¿En serio?
-Iguales, diminutas, insignificantes…. sí iguales.
-¿Y esta? ¿Qué me dices de esta?
-¿Cual?
-Esa de ahí, la más gordita, a la que rodean las otras.
-¿Qué pasa con ella?
-¿Aun te parecen iguales? Esa es la reina.
-¡¡¡Anda ya!!!
-La reina sí. La más importante de la colonia. El resto solo está ahí para protegerla y alimentarla, para servirla.
-¿Y ella qué hace entonces?
-Ella da ordenes a todas las demas y pone huevos para engendrar nuevas hormigas.
-Más esclavos.
-Hombre, visto asi….
-Qué hija de puta…. -murmura mientras mete la mano en mi terrario y aplasta a mi reina Messor Barbarus de cuatro años entre los dedos pulgar e índice-.
No se que decir. Le miro atónito. Con la boca medio abierta y una palabra colgando.
-Lo que yo digo, una hormiga es una hormiga. -Exclama con cierto tono de victoria-.